Una catarata es una nubosidad en el cristalino del ojo que dificulta la visión y es una causa frecuente de ceguera que se asocia, sobre todo, al envejecimiento y a determinadas patologías como la diabetes tipo 2.
La formación de la catarata, la oxidación y la inflamación parece que tienen un papel relevante. Para comprobarlo, se ha llevado a cabo un estudio que ha evaluado la relación entre los alimentos que contienen vitamina K y la aparición de cataratas porque se sabe que la dieta modula estos procesos.
La investigacón, dirigida por los investigadores Mònica Bulló y Jordi Salas, se realizó en 5.860 participantes del estudio PREDIMED (Prevención con dieta mediterránea) que fueron series durante casi seis años. Los participantes eran hombres y mujeres de entre 60 y 80 años con factores de riesgo cardiovascular, en los cuales se hizo el seguimiento a través de visitas periódicas durante las cuales se les recogían parámetros de salud y de estilo de vida, incluyendo datos de alimentación.
Al final del seguimiento se documentaron un total de 768 cataratas aparecidas durante el estudio. Los resultados obtenidos concluyen que las personas que consumían más vitamina K tenían menos riesgo de sufrir cataratas, casi un 30% menos de riesgo en comparación con los individuos que tomaban menos vitamina K. Si bien este efecto se había observado previamente en ratones, esta es la primera vez que se describe este beneficio en personas.