Desde niños nuestra capacidad para enfocar tanto de cerca como de lejos, depende del cristalino, una lente que tenemos dentro del ojo.
Cuando nos vamos haciendo mayores la lente pierde elasticidad y va perdiendo enfoque, lo que significa que el cristalino se vuelve más rígido y en consecuencia sufrimos de lo que se llama Presbicia o vista cansada.
Nos damos cuenta de ello por sus síntomas, tenemos dificultad para enfocar de cerca obligandonos a alejar los objetos para ver mejor.
La implantación de lentes intraoculares trifocales se ha convertido en la mejor opción quirúrgica cuando el cristalino ha perdido su normal transparencia ( cataratas) y/o cuando se ha disminuido su capacidad para enfocar en distancias cercanas (presbicia o vista cansada). Estos dos problemas visuales son consecuencia del proceso normal de envejecimiento y resulta imposible prevenirlos. Pudiendo asociarse a otros defectos refractivos, como la miopía, la hipermetropía y/o el astigmatismo. La implantación de una lente intraocular permite corregir todos estos problemas con una única intervención quirúrgica.
El cirujano, en base al estudio preoperatorio, le va a recomendar el tipo y modelo de lente intraocular específico que más se adecúa a sus necesidades y situación ocular. Por ello es necesario que el paciente le ofrezca toda la información que pueda en relación con sus aspiraciones visuales (estilo de vida, carácter). El cirujano le explicara las expectativas visuales que puede tener tras la cirugía con la lente seleccionada (posibilidad de halos, necesidad de mejor iluminación, dependencia de las gafas)
La cirugía dura aproximadamente unos diez minutos y el paciente regresará a casa el mismo día sin necesidad de ingreso hospitalario y podrá desarrollar su vida normal unos días después de la operación.
Si quiere obtener más información acerca de las lentes trifocales para presbicia y catarata, no dude en solicitar una cita, a través de la web o llamando por teléfono.