Especialistas en salud visual nos ofrecen advertencias y consejos respecto al uso de gafas de sol por los más pequeños.
Los ojos de su hijo son más sensibles que los suyos
Según los especialistas, la vista cuenta con un sistema natural para resguardarse de la radiación solar. Los ojos de los niños, al estar en pleno desarrollo, son más vulnerables a los efectos nocivos del sol.
Si durante los primeros años de vida, una persona no utiliza gafas de sol y mantiene una sobreexposición a la radiación solar, entonces puede presentar “consecuencias a corto plazo, como conjuntivitis o queratitis (quemaduras solares), que se manifestarán en forma de lagrimeo, ojo rojo, picor o dolor”.
Es recomendable las gafas de sol pero no siempre
Según el especialista Rodríguez Maiztegui, es aconsejable "proteger los ojos con lentes desde que son bebés".
Normalmente, una vez que empiezan a moverse de forma autónoma es cuando es probable que queden más expuestos, por los que a partir del año es una edad más que recomendable para usar lentes, pudiendo ser antes si van a estar expuestos en zonas en las que la radiación es más alta, como la playa o la montaña".
Gafas homologadas
Según los especialistas, es necesario que las fafas cumplan ciertas características.
La gafas deben ser homologadas. Deben cubrir todo el campo visual, llevar lentes orgánicas para evitar roturas que puedan dañar al niño y ser más ligeras (en monturas resistentes).
Las gafas deben de ser redondas u ovaladas y las varillas curvas, para evitar la fricción con las orejas.
Se recomienda que la estructura sea de una sola pieza de silicona y con puente invertido, "ya que los niños carecen de un buen tabique nasal para asentar la montura”.
Fuente: El País